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Bruma, critica cinematográfica por Carlos Armena

Hace ya tres años que apareció el primer largometraje de Max Zunino Los bañistas. Una película de ficción narrada de manera clásica. La historia se desarrolla linealmente y sigue una ruta narratológica convencional: curva dramática, momentos de tensión y desenlace. Quizá por esa razón, ahora llama la atención que en el nuevo largometraje de Zunino, Bruma, el estilo haya tomado un giro tan drástico.

 
            A diferencia de Los Bañistas, Bruma no fue un proyecto planeado y pensado como una película. La intención de Zunino aquí es trabajar desde la improvisación, permitir que los actores un mayor rango de libertad en la interpretación de sus personajes. Hacer que una cámara en mano los siga por las calles de Berlín y ver qué sucede. Así, el filme cuenta la historia de Martina, una mujer joven que, al enterarse de su embarazo, decide emprender un viaje a la capital alemana con la finalidad de encontrar a su padre. Un intento de drama introspectivo.


            Si bien la experimentación y el cine siempre han ido de la mano, pues sólo llevando el lenguaje cinematográfico a lugares límites es que los cánones y convenciones pueden refrescarse, la experimentación no es por sí misma una virtud. Es posible que esto suceda con Bruma, que resulta un ejercicio interesante cuando uno conoce los detalles de su producción, pero no tanto cuando se mira en pantalla. El personaje de Martina resulta cansado e incomprensible. La historia nunca termina por contar algo conciso y termina por desarrollar muchos conflictos dramáticos y resolver pocos. La propuesta visual se limita a mostrar una mujer contemplativa por las calles de una capital europea, una y otra vez.  Es comprensible la intención de hacer una película sin mayores pretensiones y angustias que las de contar una historia, pero resulta importante que el filme pueda sostener lo que quiere contar, indistintamente si esto se hace desde la improvisación o la exhaustiva planeación. Mientras Los bañistas nos presentaba a un director fresco con una historia más o menos interesante, parece que lo único que Bruma tiene para contarnos es “hecha con técnicas de improvisación”.

Carlos Armena
Marzo 2017

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